LA VIEJA
A los lejos el sonido de una cumbia rompía el silencio y su paciencia. Los años y la soledad la habían vuelto amargada. Nadie , ni siquiera ella sabia en que momento había comenzado fondear su solitaria vida arrastrando como tormento cada nuevo día. Para quien no la conociera se veía como una vieja normal, tal vez algo estrafalaria en sus formas. Sin embargo estar cerca de ella por mas de diez minutos podía significar la depresión al mas optimista. De baja estatura, delgadez extrema y sonrisa inexistente, así era Marcia. Sus vecinos no sabían precisar desde cuando la conocían. Para la mayoría, esta mujer que mas parecía una vieja bruja que una abuelita, siempre había estado allí ocupando la casa de la esquina, rabiando con los niños que tiraban la pelota en su jardín, dando escobazos a los perros que ensuciaban su maltrecho césped. Ella no demostraba nada que pudiera identificarse como un sentimiento amoroso hacia alguien o algo. La rutina de su existencia iba de limpiar su casa,