LADRON
U n fuerte golpe en la puerta lo arrebato bruscamente de su sueño, un nuevo golpe insistió en intentar echar la puerta abajo, a la tercera envestida la puerta cedió, a esas alturas Marcial ya estaba en el patio intentando saltar la pared divisoria entre su patio y el del vecino. Sigilosamente atravesó el corredor, busco dentro de un neumático de auto amontonado entre otros cachureos en el desorden que alguna vez ocupo un parronal bajo el que junto a su hermana y primos almorzaban en los veranos de la niñez. Tras introducir su mano en el interior de neumático la saco portando un arma, una pistola. En esa casa nadie conocía su existencia, su madre y hermana jamás hubiesen imaginado, pese a las muchas señales que daba, que andaba en malos pasos. Todo sucedía paralelamente, muy de prisa, su madre saliendo de su pieza envuelta en una bata, un sobrino de nueve años mirándolo por la ventana de la cocina sacar el arma del neumático donde el había estado jugando el día anterior,