HANADIA Y SUS DONCELLAS DE VIDA
Cuenta una antigua y casi olvidada leyenda, que cada cierto
tiempo, en un misterioso y mágico pueblo de mujeres llamado Hanadia, nace una valiente
doncella. Ella según los viejos escritos, llega predestinada a realizar un
largo y a veces doloroso peregrinar. Las sabias matriarcas de Hanadia traspasan de generación en generación los saberes
necesarios para reconocer a quien, en nombre
de su pueblo, saldrá al mundo armada de amor para sembrar y proteger la
vida.
La Doncella será criada para tal fin, observada y guiada por
las sabias matriarcas. La pequeña no se dará cuenta de que su infancia será el
principio de la misión. Su madre al igual que todas las otras madres de Hanadia
le entregara el más puro y sincero amor. Será educada como cualquier otra niña.
Le enseñaran respeto por sí misma, las otras gentes y por cada vida de la existencia.
La Doncella será reconocida desde su nacimiento, vendrá con una
pequeña marca en forma de estrella en el hombro izquierdo, su llanto será como
el sonido del mar, sus ojos serán negros como el carbón y su dulzura deslumbrará
a quien la vea.
Mientras vaya creciendo se confirmará que se trata de la
doncella esperada, porque de su boca jamás saldrá una mentira, no entenderá la
vanidad, tendrá nobles sentimientos los que serán coherentes con sus acciones y
sobre todo amara la vida. sentirá y hablara de gratitud por el hermoso regalo
que significa vivir.
Como sus antecesoras, deberá ser fuerte y valiente, pues
caminara por peligrosos senderos, vivirá solitarios dolores, cuidará de sí
misma y también de quienes en su camino necesiten sus cuidados. No será perfecta,
porque nadie lo es, tampoco las otras antes de ella. La leyenda dice que también
hay magia en la imperfección.
Habrá de transitar por momentos grises, sin embargo no se dará
nunca por vencida, jamás acudirá a la autocompasión para evitar enfrentarse a
los adversarios de la vida. Será hábil en descifrar los mensajes del viento,
hablara con las aves, de un soplido sembrara campos desiertos. Una sola lágrima
derramada en la tierra será suficiente para formar un rio de aguas cristalinas.
En su viaje ira recogiendo aprendizajes y repartiéndolos con
generosidad, entenderá desde pequeña que el conocimiento compartido es riqueza.
Muchas veces su extrema bondad será mal
entendida, puesta en duda y cuestionadas sus intenciones. Quienes carezcan de
amor buscaran tergiversar sus actos. Probablemente será juzgada.
Según la leyenda, existieron casos de doncellas que con su mágica
dulzura insultaron a algún indigno y por tal razón fueron muertas. El amor por
la vida se convierte en peligroso para quienes no lo entienden o utilizan la muerte
para cumplir con egoístas ambiciones. Así al menos lo relata la historia.
Ellas, que llegan al mundo a cumplir su misión de vida, no
se sienten heroínas, no por falsa modestia, solo porque no hay espacio para
eso. Son seres especiales, simples, sin alardes, llenos de luz y gigantes en
amor.
La vieja leyenda
termina diciendo que para quienes tengan los ojos limpios y el corazón libre de
maldad será fácil identificar a alguna de estas doncellas, eso claro, si es que
tienen la suerte de coincidir en el tiempo de su breve paso por esta tierra. Por desgracia para nosotros, simples mortales,
ellas no se quedan mucho. Después de su extenuante viaje por nuestro mundo vuelven
a su origen, rebosantes de nuevos saberes, para ocupar un lugar entre las sabias
matriarcas aguardando a la próxima doncella que saldrá al mundo generosa, a
sembrar vida y amor.
Nunca sabré si realmente existe un lugar llamado Hanadia. Por
más que intente no logre hallarlo en ningún
mapa. No puedo asegurar si se trata de algún lugar de este u otro mundo. De lo
que sí puedo dar fe es de la existencia de aquellas valientes doncellas. Creo,
sin temor a equivocarme, que por fortuna he coincidido con dos o tres de ellas.
Tuve suerte de tener los ojos limpios y de haber librado mi corazón de
maldades.
Aidana – Letras revueltas.
Con cariño infinito y gratitud por otros tiempos para ti, querida J.A. Que con admirable valentía libras esa
gran batalla.
muy lindo....creo que todas somos en parte doncellas valientes, de una u otra forma damos la batalla..
ResponderBorrarGracias y si, todas de una u otra forma vamos ganando pequeñas o grandes batallas
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