RUEDA DE HAMSTER
S in alguna razón en particular despertó de mal humor. Se levantó temprano, entro a la ducha y debió luchar contra las polaridades entre el hielo doloroso del agua fría y el chorro de agua extremadamente caliente quemando su piel regalándole a su mal humor un nuevo argumento. Entre gruñidos se vistió y desvistió varias veces, el espejo parecía también estar coludido para complicarle el día. Al final y sin volver a fijarse en el espejo escogió un pantalón azul y una blusa tan negra como su humor. Salió de la casa sin desayunar, estaba apurada, la ridícula lucha contra la ducha y el espejo la habían retrasado. Tomo el metro a esa hora maldita en que casi no es posible respirar por lo saturado de gentes que apenas dejan espacio para poner ambos pies en el piso. Al llegar a la estación de destino sintió que el vagón la expulsó de su panza a punto de reventar. Su mal humor seguía aumentando. En su trabajo continuaron acumulándose argumentos para estar de malas. Apenas llegó