VER Y VERSE

Muchas veces estuvieron en el mismo lugar, casi siempre coincidieron en el patio de la escuela a la que asistieron de pequeños. Luego crecieron, salieron al mundo, haciendo caminos distintos lo mejor que pudieron o creyeron poder . Ambos acertaron y se equivocaron. Es normal nadie acierta a la primera, menos en el complicado arte de vivir.
Cargaba cada uno con sus errores, dolores, amores, alegres torpezas e inteligentes complicaciones. Cada cual vivía con alguna porción de lo que creían era felicidad.
Todo esto se cayó, se derrumbó el mundo conocido. Se vino abajo con estruendosa confusión al principio transformándose en certezas después. Tomó formas, aromas y colores nuevos.
Eso fue el día en que nuevamente coincidieron en el mismo lugar Igual que en sus primeros años, pero está vez y como nunca antes, se vieron.
Por extraño que parezca, el tremendo paréntesis en que no supo el uno del otro había sido crucial para preparar el corazón y madurar la vista, ese tiempo no fue perdido, no. Fue el necesario para preparar en cada cuál lo mejor de sí para entregar al otro.
Coincidieron ese día cualquiera, en ese mismo lugar cualquiera y allí decidieron no querer volver a perderse de vista. Descubrieron juntos que ver y verse necesitaba un tiempo.
Así es como cada mañana ,con infantil complicidad ,renuevan el pacto tácito de dedicarse el uno a la otra su primera y mejor mirada.



Aidana Zuñiga

Comentarios

Entradas más populares de este blog

EL BILLETE

MINI-CUENTO