NO SOY YO, ERES TU.
He descubierto que no soy yo, eres tú
y eso de decirlo al revés era solo para hacerte sentir bien.
También entendí que no me haces feliz, pero no es tu culpa, sólo es que no es
lo tuyo. Eso de andar contento por la vida le queda mal a alguien como tú. Está
bien, eres así.
Por mucho tiempo creí que juntos seríamos imparables pero mi miopía me impidió
ver tus cadenas. Cuando al fin las vi descubrí con asombro que las usabas todos
los días, eran parte de tu atuendo. Nunca entendí cómo te las ponías tú mismo,
nunca te vi hacerlo. Después fui cayendo en cuenta de que me tropezaba en
ellas, me costaba avanzar. Eso me dolía, pero decidí que te haría cambiar y te quitaría
las cadenas. Tercamente me esforcé por qué fueses distinto; libre, alegre y juguetón. Tú en cambio, te esforzaste
aún más por ser terco y gruñón. Me asustaste un par de veces lanzándote sobre mí,
como si solo pensaras en devorarme…
No negaré que me decepcionó no lograr mi objetivo, aunque debes reconocer que
no me quede en empeño.
En fin, tal vez si sea un poco yo, pero también tú... o solo tú naturaleza y mi maldita inexperiencia, después
de todo no es nada fácil domesticar a un león.
Aidana- Absurdo
Comentarios
Publicar un comentario
¿Te gusto este cuento? Deja aquí tu comentario.