LA DECISIÓN DE CLARA

Clara era la tercera de siete hermanos nacidos vivos y de once en total. Cuando llego al mundo fue recibida por su abuela ,una conocida partera del fundo donde vivió gran parte de su vida. Fue un doloroso trabajo de parto que se prolongo por varias horas y en el que su madre cansada parecía perder las fuerzas. Su abuela , acostumbrada a estos menesteres, calmaba a su hija diciéndole que ya faltaba poco, que su guagüita iba a ser bien bonita, que por eso se hacia esperar tanto.
Así, casi de madrugada un día nueve de noviembre llegó al mundo una robusta y rosada hembrita, su madre al verla la llamo Clara.
La abuela de Clara luego de limpiarla la puso sobre el pecho de su hija, ella con toda la ternura de la fue capaz, la reviso, le miro los deditos , sus orejas, sus ojos...Una vez convencida de que su hija estaba completa, hizo entrar a su marido. Carlos, así se llamaba el padre de Clara, se acerco a mirarla, a conocer a su hija. No la tomo en sus brazos porque siempre tuvo miedo de tomar guaguas recién nacidas, tenia la idea que con sus manos de campesino,ásperas y callosas las podía lastimar. Luego de mirarla por un momento con sus ojos brillosos de alegría, miro a su mujer le sonrió con ternura y le pregunto - ¿Usted esta bien mi´ja?. Carmen, la madre de la pequeña Clara asintió y sonrió en respuesta. Esta joven mujer que acababa de traer al mundo a su tercera hija aun no cumplía los veinte años. Su marido ya bordeaba los cuarenta. 
Su historia de amor había comenzado unos años antes con la llegada de Carlos al fundo como un peón mas en la época de la vendimia.
Al principio esta dispar relación no fue vista con buenos ojos por la abuela de Clara , quien pensó que Carlos seria un andariego mas de los muchos que pasaban por el fundo. Ella se mantenía vigilante al advertir que este hombre adulto rondaba con afanes amorosos a su hija quien a su vez parecía corresponder a dichos afanes. La abuela de Clara era una mujer solitaria, había quedado viuda y con cuatro hijos, cuando Carmen la menor de ellos tenia tan solo dos años. Su marido había servido desde pequeño en el fundo y su trágica muerte se produjo tras caer de una techumbre que estaba reparando junto a otros trabajadores. El patrón decidió no echarla del lugar solo porque su mujer se había encariñado con la Carmen. No recibió ningún tipo de indemnización por la perdida del marido, por el contrario cada vez que podían le recordaban la generosidad del patrón al permitirle continuar viviendo en el fundo.
Luego con el tiempo la viuda, como era conocida la abuela de Clara, ademas de servir de empleada en la casa patronal, se dedico también a atender los partos del fundo. Este oficio lo aprendió desde pequeña de su propia madre quien también le traspaso sus saberes y secretos para quebrar el empacho y rezar niños para quitarles el mal de ojo. 
Cuando la Viuda se convenció de que Carlos rondaba a su hija con serias intenciones, le permitió cortejarla previa advertencia de que si le hacia daño ella misma se encargaría de hacérselo pagar. Esta amenaza en ese fundo hubiera bastado para que el enamorado se hubiese espantado, la viuda con sus particulares oficios se había ganado fama de bruja, aunque jamas practico ningún tipo de hechizo. Ella sabiendo que gozaba de tan temida reputación hacia uso de esta para mantener a su familia a salvo de los males que pudieran acecharlos en ese, su pequeño mundo del que nunca salio. 
Después de un breve noviazgo Carlos y Carmen se Casaron. No tenían dinero y el patrón ya no estaba entregando mas casa a nuevos inquilinos así es que la Viuda pidió permiso para que pudieran vivir con ella, sus otros hijos ya se habían ido de su lado. 
Los primeros días Carmen no quería dormir con su marido, le tenia miedo. Ella sentía que lo quería, pero le temía a la intimidad, nunca nadie le había hablado de esas cosas, no sabia que iba a pasar, ni lo tenia que hacer. 
Carlos un hombre paciente , no la presionaba , la dejaba seguir durmiendo con su madre. Fue precisamente ella, su madre quien advirtió que se acercaba el mes de casados y aun no dormían juntos. Hablo con carmen diciéndole que : o dormía con su marido, o él tendría que irse. 
Le dijo que la gente se casa porque quieren hacer sus vidas juntos y no andan arrancándose el uno del otro. Carmen accedió y esa misma noche se fue a dormir a su cama matrimonial. 
Carlos, con infinita paciencia fue haciendo avances noche tras noche, cosa rara en tiempos en que los hombres satisfacían sus deseos sin preocuparse mucho por su mujer.
Carmen fue descubriendo los secretos del amor ,enamorándose cada vez mas de su esposo. Casi al año vino al mundo su primer hijo, un año y medio después el segundo y casi a los dos años de esté llego Clara. Con las similares diferencias de tiempo entre unos y otros fueron naciendo los hermanos hasta completar los siete que nacieron vivos ,entre medio de estos los que no llegaron jamas.
Era habitual en aquella época que se perdieran embarazos o que los niños no llegaran a cumplir los cinco años. No habían médicos para los pobres, ademas los patrones rara vez compartían sus doctores con los inquilinos y el peonaje. 
Lo que siempre hubo según la viuda, la abuela de Clara, fueron las capillas y los curitas. Esos siempre andaban dando vueltas , intentando averiguar cosas. 
Sobre todo se interesaban en saber si existía algún revoltoso en el lugar. Lo sonsacaban bajo secreto de confesión y el pobre ignorante creyendo en las penas del infierno, delataba a quien estuviese hablando contra el patrón, contra lo injusto de trabajar de sol a sol , mientras él se paseaba admirando su poderío sin trabajarle un día a nadie.
Clara tuvo una infancia feliz, se hizo amiga de la niña de la casa patronal, por lo tanto tuvo acceso a conocer cosas que la maravillaron.
La primera vez que vio una cajita musical, regalo que el patrón le había traído a su hija desde la capital, Clara sintió emoción. Todo lo de esa casa le parecía mágico. Siempre le gusto andar descalza allí, le encantaba sentir el piso suave bajos sus pies acostumbrados a la aspereza del piso de tierra de la casa que su familia ocupaba.
A su madre le gustaba que ella gozara de la distinguida amistad de la señorita de la casona. A su padre y a su abuela no, ellos decían a menudo que les parecía que la hija del patrón tenia a la Clarita como mascota, como otro juguete mas.
Esta amistad se mantuvo hasta que la niña rica se fue a estudiar a la ciudad. Clara siguió creciendo en una casa donde la madre, devota católica daba las gracias a dios por los alimentos en la mesa, cosa que había visto que hacían en la casona. Mientras el padre hacia gestos que hacían reír a los niños, arruinando la solemnidad de la agradecida madre y la abuela rezongaba entre dientes diciendo que si no fuera porque se sacaban la cresta trabajando no habría ni una sola miga de pan en la mesa.
La madre intentaba parecerse a la gente de la casa patronal, a escondidas Clara y sus hermanos se reían de los gestos exagerados de ella. Carmen soñaba con esa casona, fantaseaba con la idea de alguna vez vivir en una casa como esa , grande, elegante , con piso de madera, con baño y mucha gente que la atendiera. Por el contrario su madre , la viuda, la abuela de Clara,quien por haber vivido mucho sabia que todos esos lujos estaban reservados para los ricos, sus hijos y sus mujeres vagas y ociosas. Sabia que por eso se cuidaban tanto de que alguien les" revolviera el gallinero" los patrones no estaban dispuestos a compartir con otros las grandes riquezas que sus trabajadores les generaban... Por otro lado Carlos intentaba trabajar duro para que nada le faltase a su familia . No dio nunca opiniones sobre nada que no fuese trabajo, no le gustaba meterse en problemas aunque en el fondo estaba muy de acuerdo con su suegra.
Clara al cumplir los once años fue reclutada para trabajar como niña de mano en la casona. Allí sus deberes iban desde sacar las bacenicas de los dormitorios y hacer aseo, hasta servir de compañía a la mujer mas vieja de la casa, quien en estado senil divagaba. Esta mujer vieja era ni mas ni menos que la madre del patriarca de aquel lugar quien a sus ochenta años solía desnudarse y salir corriendo por el fundo gritando contra su hijo. Era misión de clara evitar ese espectáculo teniéndola ocupada. La vieja le pedía a Clarita , como la llamaba de cariño ,que le leyera, pero Clara nunca fue a la escuela así es que tomaba algún libro y le inventaba inverosímiles historias que la anciana seguía con atención hasta que la vencía el sueño. Clara le tomo cariño a esta mujer, le costaba creer las cosas que su abuela le contaba sobre como había sido en su juventud aquella señora. La viuda la describía como una mujer déspota y humillante. Gozaba desalojando a algún inquilino que por alguna razón hubiese determinado que no merecía su misericordia de darle techo. No le importaba si se trataba de una familia numerosa, no le importaba si habían niños pequeños, ella los mandaba a sacar.
Un día de enero mientras Clara entretenía a la vieja con sus lecturas inventadas fue llamada desde el pasillo, la encargada de la cocina necesitaba ayuda. Era el día en que su antigua amiga de juegos, la nieta de la vieja, la hija del patrón, regresaba después de completar sus estudios en la capital y dar un largo viaje por Europa.
Clara emocionada ayudaba en lo que fuese necesario, pensar en el regreso de su amiga le llenaba de alegría, no habían muchas novedades en su vida, esta era una maravillosa. La esposa del patrón recordando la antigua amistad de infancia , se acerco a Clara antes de que su hija llegase para advertirle que no se le fuera a ocurrir acercarse a la señorita. No tenían nada en común le dijo con dureza, que ella no se merecida amistad con una señorita refinada y educada porque las chinas , tenían que ser amigas de las chinas nomas. 
Ese día Clara entendió a su abuela, recordó cada palabra de ella, recordó con vergüenza ajena los sueños de su madre de pertenecer a aquel mundo mezquino y cruel contra quienes no forman parte de él. Ese día Clara se sintió poca cosa, como nunca antes se había sentido, se vio a si misma con vergüenza. Recordó al cura y las penas del infierno, recordó miles de escenas de injusticia que su cabeza había naturalizado.
La señorita de la casona finalmente llegó, fue a la casa que ocupaba la familia de Clara, al verla le entrego un paquete que le había traído de regalo. No conversaron, la señorita le dijo solamente que esperaba que le gustara el regalo, dio media vuelta y regreso al festejo en la casona. Clara no lo abrió, tenia mucha rabia. Fue donde su abuela y le contó lo sucedido , la viuda le dijo- Clarita, mi niña, hoy has abierto los ojos, has visto la realidad de nuestras vidas. Ahora tu debes decidir si puedes vivir callada como tu padre sabiendo como son las cosas , justificando tu silencio por un techo y comida, o soñando como tu madre con ser parte de un mundo que nos desprecia, o como yo refunfuñando en silencio porque a mi edad no me puedo dar el lujo de ser rebelde o hacer algo distinto y cambiar tu destino, tu vida.
Clara no respondió nada en ese momento. Tomo el regalo que la señorita le había llevado, lo abrió, en el habían un par de alpargatas y un delantal, muy lindos, pero que a ella le dejaban muy en claro lo que simbolizaban.

Aidana- Letras (R)evueltas

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