SIN PENSAR



Utilizando las pocas fuerzas que sentía , tomo impulso y salio de la cama, esa cama tibia que le atrapaba el animo y la moral. Se sentía algo deprimido , no sabia bien porque, tampoco pensaba en ello, en verdad hacia mucho tiempo en que no pensaba en nada. Su vida de vendedor de mall lo había vuelto autómata. La rutina de vender tonterías a gentes tontas que consumen lo que se les ponga en frente, le estaba terminando por matar sus remotas y antiguas esperanzas de vivir haciendo algo diferente, algo que le hiciera realmente feliz o al menos que le apasionara. Pobre infeliz, a sus treinta y tres años ya se sentía viejo, nada lo alentaba. Quizá fue al ir conociendo como se relaciona la gente en los trabajos como aquel. Quejas de pasillo, soterradas, pero ni hablar de organizarse para plantear demandas justas a la empresa.No, eso no lo hacían. Siempre se quedaban en el lloriqueo, el comidillo , el chisme, falsas amistades y sonrisas hipócritas. Resultaba repugnante ver como quienes hacían gárgaras hablando en contra de los jefes , al estar en su presencia, bordeaban en la zalamería y el servilismo. Antes cuando aun pensaba , se decía a si mismo - como se puede ser tan imbécil, la vida es bastante dura como para que ademas nos golpeemos nosotros mismos regalando la dignidad...
De aquello de pensar había pasado ya algún tiempo, ahora su problema era la energía vital perdida. Ni los karaoke,  las fiestas, el sexo ocasional o alguna droga, lograban sacarlo del estado de cansancio agónico  en el que se sentía atrapado.
Como ya no pensaba ni en el pasado, ni en el futuro, no tenia sueños propios, tampoco colectivos. Se levantaba cada día , haciendo un supremo esfuerzo. En una ocasión , y siguiendo el consejo de una compañera de trabajo,  fue a ver a un siquiatra. El hombre le pregunto un serie de cosas que el respondió como pudo , siempre sin pensar. Estres laboral fue el diagnostico de especialista y le recomendó unas pastillas y descanso por dos semanas. Durmió como nunca esas semanas, dopado por el efecto de los medicamentos,no debió hacer ningún esfuerzo por no pensar , las pastilla lo hicieron por el. dos semanas solo en casa, sin visitas de nadie, ningún amigo de juerga, ninguna amante casual, ningún familiar...sin embargo , como no pensaba, no se puso triste. 
Seguramente nadie lo extraño en el trabajo, allí despiden gente todos los días, uno mas o uno menos a pocos les importa. Sus amigos, bueno en realidad no los tenia, su familia, hacia mucho que no se interesaba por ellos, ni ellos por él. Estaba realmente solo, pero eso no era lo mas triste, lo peor de su situación era su renuncia indeclinable a pensar. Pasó el tiempo del reposo medico y volvió al trabajo. Su rutina  de vendedor de tonterías inútiles  a gentes atontadas, tragadas por el consumo y que muy probablemente también habían renunciado al igual que él ,a ser felices y a pensar, se reanudo...


Aidana y sus letras Revueltas


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