HISTORIA PENDIENTE



     La historia que iba a escribir  trataba de una mujer cuyo marido la dejo para irse con otra más joven. Ella siempre estuvo muy enamorada de su marido, eran pobres, tenían un niño y una niña de diez y once años. La mamá se quedó con ellos porque el papá se hizo el huevon y como que no quiere la cosa se desentendió completamente de sus hijos  y sus antiguos discursos de la importancia de la familia quedarían en nada. Los cabros chicos como siempre  pagarían el pato, quedarían al medio de la tercera guerra mundial en su propia casa. La mamá destruida , hasta se andaría medio chalando, el mundo se le vendría abajo, querría morirse.
Incluso pensé en  ponerle  color  haciendo que la madre se negase a aceptar la separación y no le contara nada a su familia para que nadie se enterase de que la habían abandonado. Ella le prohibiría a sus hijos contar cualquier cosa sobre su separación y si alguien le preguntaba  tendrían que decir que el papá estaba trabajando lejos , por eso no llegaba a la casa.
Para hacer más triste la historia, se me estaba ocurriendo  que mientras la madre intentaba  fingir que nada pasaba, el padre no guardaría para nada la compostura y se pasearía con su nueva conquista echando por tierra las mentiras piadosas de su ex mujer.  
Me estaba entusiasmando tanto la idea que cuando me disponía a escribirla se me iban ocurriendo cada vez más ideas de dolor y sufrimiento  para la pobre mujer herida, entonces me di cuenta de que estaba dejando impune al papito corazón. Me sorprendí siendo dura y juzgando de loca a la madre. Eso me enojo. Así es que comencé a planear algún castigo para el desgraciado irresponsable que mientras se paseaba con la “polola” con la que le habría puesto los cuernos a su esposa, ni siquiera se preocupaba de sus hijos que tanto lo querían y admiraban. No le importaba si tendrían o no para comer, para vestirse e ir al colegio.
  Me quede pegada con esa imagen, me dio rabia con el tipo despreciable, recordé los muchos niños y niñas que pasan por eso día a día. Sentí pena por esas madres que deben jugar ambos roles, pese a sus propios dolores, el abandono y la traición sacan fuerzas para salir adelante con sus hijos.
No puedo negar que me obsesione con un castigo lo suficientemente justo para un canalla como aquel. A mi cabeza vinieron ideas de todo tipo, pensé en hacerlo sufrir mucho, cruelemente, total el personaje es mío, pero luego creí que sería mejor hacerlo recapacitar. En ese momento me reí de mi misma y mi ingenuidad, ¿que va a recapacitar un gallo así?.
Bueno, seguí pensando por varias horas sin encontrar nada lo suficientemente divertido y doloroso, porque igual la idea no era que el tipo quedara como víctima . 
Fue entonces que se me ocurrió que le tenía que pasar algo así como…quedar sin pega, no tener donde vivir, no tener para comer... Al fin y al cabo,la plata no importaba porque de todas formas no le daba nada a sus hijos. La idea era que no pudiera salir a divertirse con su “polola”  mientras sus hijos lo pasaban mal.
Ahí se me vino a la cabeza  el personaje de la polola, decidí  que no sería tan linda, por lo menos no más que la ex esposa,  así no le seguiría pisoteando la autoestima a la pobre mujer que ya lo había pasado tan mal.
 Bueno la tipa se enfermaría de algo grave, contagioso  o mortal (súper rebuscado)… Pero después  me pareció injusto enfermarla, si al final el  infiel , traidor y desgraciado habria sido él. Separarse esta bien si ya no hay cariño, pero eso de irse con otra persona es muy cruel para quien es abandonado, ademas porque involucrar en decisiones de grandes a los niños... No, si este personaje se había portado muy mal. A cada rato me volvía a dar rabia, pucha que dañino resultó . 
Se me vinieron ideas bien estúpidas a la mente. Lo imagine como al  coyote del correcaminos. 
Pensé en usar alguna de esas escenas donde el coyote intenta dinamitar algún puente por donde pasa el correcaminos  y al final siempre explota él. me pareció gracioso imitar de alguna forma esa escena con el despreciable personaje traidor. 
Igual  después me urgí con esa idea, me acorde de esos fiscales que como magos sacan pruebas de cualquier cosa, acusan gente, las tiene presas por más de un año y luego resultan inocentes. En serio es para urgirse, me acorde de algunos casos donde hasta un afiche o un libro sirvió de prueba y creí que me podían acusar de incitar a la violencia. Aborte inmediatamente esa línea de imaginación. por si acaso...
Seguí pensando por mucho rato, una  a una fui desechando ideas. Si les contara  las cosas que se me ocurrieron… Locas algunas, fomes otras, me asuste de mi misma con las morbosamente absurdas y no puedo negar que hubo unas cuantas que incluían animales salvajes.
 Pero nada, no encontré nada que fuera lo suficientemente bueno para castigar a un miserable de esa talla.

Como les decía al principio "la historia que iba a escribir", porque decidí no hacerlo al final. Por lo menos hasta que logre dar con lo necesario para hacer pagar a este insensible, desgraciado y mal portado  personaje de la historia que les iba a contar.





Aidana - cuentos pendientes.

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