EL COLORADO Y EL DIABLO
Eran esos tiempos donde aún quedaba mucha ingenua ignorancia y harto por inventar, pero hacia mucho habían inventado un personaje para representar la maldad, el diablo.
¿Dónde? No importa, pudo ser en cualquier lugar del Santiago antiguo...
Las gentes de los alrededores repetían como ciertas las historias de apariciones del "maléfico" por aquel lugar donde llegada la noche nadie se atrevía a transitar.
Las gentes de los alrededores repetían como ciertas las historias de apariciones del "maléfico" por aquel lugar donde llegada la noche nadie se atrevía a transitar.
Eso fue así por años hasta que el Colorado, un hombre que no creía en cuentos fue a comprobar si era cierto el rumor.
Lo guiaba su afán de comprobarlo todo, de buscar la
lógica y de alguna forma también el ánimo de desafiar al miedo, después de todo
ya había sobrevivido a la dictadura de Ibáñez del Campo y a la ley maldita de
un traidor. Este dichoso diablo no podía ser peor.
Así fue como esa noche, no sin algo de miedo, llegó
dispuesto a la vigilia.
Para tal misión llevo lo que creyó necesario: una escopeta, su sombrero, un poncho negro para pasar el frió unos puchos y las ganas desafiantes de encontrarse con aquel.
Para tal misión llevo lo que creyó necesario: una escopeta, su sombrero, un poncho negro para pasar el frió unos puchos y las ganas desafiantes de encontrarse con aquel.
Espero, fumó y espero...Estando en lo qué le
pareció una larga y molesta expectación sin que hubiese novedad, lanzando un
par de improperios volvió a encender otro pucho sin advertir la presencia de un
sorprendido, asustadizo y etílico trasnochador despistado quien se aventuró a
pasar por esos rumbos. Este al ver al hombre con Poncho negro y escopeta que
fumaba en la oscuridad, creyó que estaba en presencia del mismísimo cola de flecha... Pobre
Cristiano, pálido y sudoroso, se le espanto hasta la borrachera y echó a correr
como alma que lleva el diablo (valga la redundancia)
En tanto el hombre que desafió al mandinga dada
la cercanía del alba se cansó de esperar y en vista de que el desafiado no
apareció, asumió con cierta decepción que este malévolo ser no existía ,pensó que tendría argumentos de sobra para desmentir los rumores de dichas
apariciones, sin embargo no contaba con el asustado trasnochador que le había
confundido con el diablo quien veloz contó a los cuatro vientos lo que para él fue la
más horrible aparición. El caso es que al día siguiente hasta un diario publicó
la historia del hombre que se encontró con el diablo ,aquel que llevaba puesto un poncho
negro y le salía humo por las narices...
El Colorado sin querer esa noche le dio aún más
vida a la inventada aparición.
(Fragmentos de relatos familiares mal recordados y contados a
medias
Aidana 2015)
Aidana 2015)
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