CADA CUAL CON SUS CAPRICHOS




¿Cómo se imagina su muerte? Preguntó la muchacha mientras desenredaba su largo pelo.
-No me la imagino siquiera pero el día que me muera quisiera evitar los rituales que se estilan para esas ocasiones. No conozco que pasa cuando una muere, pero aun así por una cuestión de gusto y tal vez mero capricho me gustaría que no hubiesen flores.
No tengo nada más que una irritante alergia contra ellas, no soy amargada, desde lejos disfruto igual sus colores, desde una distancia suficientemente lejana, me gustan mucho.
Tampoco me gustaría que hubiera llanto, el llanto ajeno siempre me ha provocado un efecto reflejo, como cuando alguien bosteza. No más al ver a alguien llorar mis ojos comienzan a lagrimar. 
Lo de la caja donde iré metida me da lo mismo, pero ojala sin ventana. Una vez fui a un velorio y vi gente que calificaba la belleza del muerto. No es que no crea que soy bonita, es que a una la catalogan toda la vida. Que si es linda, fea, gorda, flaca... Preferiría dejar con la duda a los y las chismosas.
El velatorio creo que es completamente innecesario. Eso de pensar en mi cuerpo muerto y frío acompañado de alguien que no sea de mi confianza me da desconfianza no porque me puedan hacer algo, en realidad desconfío de la gente que siente una especie de deber de acompañar a un muerto. Muchas veces esas personas no tuvieron tiempo, ganas o interés de estar cerca del que ya se ha ido.
Luego el cementerio, espero que sea el más barato, al acudir allí ojalá sólo vaya acompañada de quien conduzca la carroza fúnebre y sea recibida por los trabajadores que hacen los oficios de instalar el cajón en el hoyo o el nicho. Y ahí termine todo. Sin llantos hipócritas, tampoco llantos reales, sin llanto será mejor, sin discursos que adornen mi pasada existencia. Yo ya no estaré allí para escucharlos. Cuando muera me gustaría que quien me quiso recuerde sin ningún remordimiento lo feliz que pasamos ese rato de conocernos y no el triste día de mi partida. 
Pero total da lo mismo porque una no le puede quitar el ritual a los quedan  vivos.
La muchacha se encogió de hombros con gesto de darle lo mismo y la continuó peinando. 

Aidana-2015 la vida

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