EL HIJO DE MARTA

Cuando nació el hijo de Marta todos quienes lo vieron quedaron asombrados. El recién nacido era hermoso, su belleza casi sobrenatural hizo pensar a los presentes que había algo mágico en él ,tal vez hasta maligno Rápidamente corrió el rumor de la llegada de quien podía ser el niño más lindo del mundo o la encarnación de la maldad. A los pocos días la noticia ya había recorrido varios pueblos. Desde distintos lugares comenzaban a llegar hombres y mujeres de todas las edades para constatar con sus propios ojos si el niño era un ángel o un demonio. Marta se mantenía encerrada por temor de que su hijo fuera declarado demonio por la muchedumbre. Abrazaba a su pequeño y lloraba maldiciendo la belleza de aquel. Una noche despertó sobresaltada. Alguien había entrado a su casa en medio de la oscuridad. Al prender la luz vio que se trataba de su marido quien regresaba de su último viaje. Al verlo corrió hacia él, lo abrazo con fuerza, necesitaba, era urgente sentirse protegida. Por fin no estaría sola para enfrentar el revuelo que causaba la belleza del hijo de ambos. No contaba con que su esposo cuando terminaba su último encargo paso en su camión por un pequeño poblado bastante lejos de su casa y en un bar escucho a un hombre que hablaba del engendro hermosamente maligno nacido en Huertas. El creyó que se trataba sólo de historias de borrachos, sin embargo cuando aquel hombre contó que el nombre de la madre era Marta y que está aprovechado la ausencia del marido camionero, se revolcaba con un ángel caído, entonces él, hombre supersticioso y crédulo adelantó el regreso a casa para ver si su esposa había parido. Llegó de noche por la vergüenza que sintió de llegar al pueblo y descubrir que los rumores fueran ciertos. 
La sugestión ya había decidido por el, sin pruebas ni argumento alguno decidió que su esposa le había sido infiel. Enloquecido por la supuesta traición empujó a Marta , se acercó a la cuna y miro al pequeño hermoso ser. Retrocedió espantado. No podía ser cierta tanta belleza en un mortal. Para el esto era cosa de otros mundos. 
Esa misma noche y de la misma forma silenciosa en que había llegado dejó su hogar.
Pobre Marta estaba Sola. No sabía qué hacer. Cada día llegaba mas gente queriendo conocer al niño más hermoso del mundo o al hijo del ángel caído, sólo dependía de la imaginación y creencia de cada cual.

Uno de esos días cuando desvestía a su hijo para bañarlo se dio cuenta con asombro que de su espalda a ambos lados de la columna, cerquita de los hombros asomaban lo que parecían ser unas pequeñas plumitas blancas. Quedó paralizada por un momento. Sintió pánico, luego de pensarlo un rato sonrió y dijo en voz alta, como si alguien más que su hijo y ella pudieran oírla:

--A mi niño le están creciendo sus alas. Mi hijo no es extraño, ni malo, mi niño es normal .Los niños nacen sabiendo volar-- 
El revuelo continuó por algún tiempo hasta que a un político democrático e ingenioso se le ocurrió llamar a plebiscito. La ciudadanía voto y decidió que el niño era un ángel de verdad.
Las autoridades lo nombraron hijo ilustre, se tomaron fotos con él y le dieron permiso para volar. Con mucho respeto le pidieron a la madre que sólo paseará con él algunas horas del día para que su hermosura no apocase a los demás niños ni hiciera infelices a los envidiosos padres. 
Paso el tiempo naturalmente y el niño se hizo hombre. Una tarde de marzo desplegó sus grandes alas y voló muy lejos. 
Marta no se sorprendió. Tampoco se puso triste, ella lo parió y crió para ese día. Cuando lo vio alejarse sus ojos se llenaron de lágrimas de orgullosa satisfacción.
En el pueblo cuentan con nostalgia que nunca más hubo otro ser tan extraordinariamente hermoso y con tanto talento para volar.

Aidana magia y vida